MASCARÓN DE PROA

En la página de inicio de este sitio, viste imágenes que muestran diferentes realidades que conviven en un mismo lugar: el planeta Tierra, el único que tenemos. En este mundo, existen países "desarrollados" que presentan un nivel de consumo insostenible; otros que poseen vastos recursos naturales y cuya abundancia ha llevado históricamente a un desaprovechamiento y a un uso irresponsable y otros que presentan una escasez que en ocasiones no permite siquiera cubrir las necesidades básicas de sus pueblos.

Lamentablemente, nuestro país se encuentra en el segundo grupo. La Argentina tiene poco de qué enorgullecerse respecto al cuidado del medioambiente y de los recursos naturales. No forma parte de nuestra educación de base y, por tal razón, suele estar fuera de la agenda política de los gobiernos. Solo proyectos aislados, muchas veces impulsados por ONG, se presentan como pequeños oasis dentro de una sociedad con falta de conciencia y compromiso.

 

Nuestro país posee un mapa hidrográfico surcado de cientos de líneas celestes y cuenta con una extensión de tierra cultivable equiparable a pocos países en el mundo: incluso dentro de la región latinoamericana es, en porcentaje respecto a su propio territorio, el país con mayor tierra cultivable (según la FAO, llega a más del 14 %), superando a México y a Brasil. Cuenta, además, con una costa atlántica de cerca de 5.000 kilómetros de extensión, que  no solo garantiza el desarrollo de la pesca, sino también propicia corrientes de vientos capaces de hacer funcionar parques eólicos durante todo el año. Sin embargo, la energía eólica tiene una participación mínima en la generación de energías en nuestro país.

 

Así, por un lado nos encontramos con un recurso del cual nos estamos privando y, por el otro, se ve la sobreexplotación o el mal uso de otros recursos: la sobreexplotación minera, el uso indiscriminado del agua y la contaminación de ríos, lagos y napas por causa de actividades industriales que terminan de teñir de matices oscuros un escenario en el que la falta de preocupación de los gobiernos alrededor del país ha configurado una sociedad desinteresada y poco predispuesta a cambiar sus hábitos nada amigables con la naturaleza.

 

Vivimos en un país en el que la gente arroja residuos en los lugares que también visitan sus vecinos, sus hijos y sus amigos, sin siquiera sonrojarse; uno en el que hoteles y edificios cuentan con un medidor único de agua, por lo que no existe ningún tipo de incentivo para los usuarios a fin de cuidar su uso, aunque sea por el rigor del gasto económico. Las lagunas legislativas sobre temas ambientales y la inclusión cero de las temáticas ambientales en la actividad política tienen una razón común: la falta de inclusión de la ecología y el cuidado del medioambiente en las agendas curriculares de las escuelas como temas prioritarios.

 

Se dice que quien mucho tiene poco valora, y la Argentina ha construido una identidad donde el hombre, con su egoísmo y su prepotencia, se ha desvinculado de todo aquello que lo rodea. Ha construido un escenario en el que la flora, la fauna, los recursos naturales y el medioambiente representan simplemente el decorado de una obra que lo tiene como único protagonista. Informarse y comprender la importancia del cuidado del medio en el que vivimos es la clave para generar de a poco una transformación en la manera en la que nos paramos frente a ese medio que nos rodea y en la que nos vinculamos con él.

 

En este espacio vas a encontrar publicaciones sobre proyectos sustentables en nuestro país y en el mundo; videos y trabajos hechos por investigadores; noticias sobre emergencias ambientales; legislaciones existentes y proyectos legislativos inspirados en experiencia de otras regiones y países.